NACIDA SOMBRA supone un encuentro del baile flamenco con las grandes creadoras del Siglo de Oro en España. El flamenco baila en femenino plural los textos de las autoras clásicas de los siglos XVI y XVII.

El flamenco baila en femenino plural los textos de las autoras clásicas de los siglos XVI y XVII. Cuatro cartas imaginarias escritas en distintos tiempos y lugares van hilando el diálogo entre las voces de cuatro mujeres artistas: Teresa de Jesús, María de Zayas, María Calderón y sor Juana Inés de la Cruz. A través del baile, la música y la palabra, nos descubren sus vivencias, inquietudes, creaciones y secretos para fundar los vínculos que las unen: la soledad como precio de la valentía, los laberintos del amor y la dolorosa búsqueda de libertad. La agonía mística de Teresa de Jesús en la celda de su convento; las intrigas palaciegas de la novelista María de Zayas en los salones de la Corte; las luces y sombras de la célebre actriz María Calderón sobre las tablas de un corral de comedias y los ensueños y polémicas de sor Juana Inés de la Cruz en su jardín exuberante. Cuatro fases de la luna, cuatro espacios, cuatro mujeres: cuatro mundos para bailar, pensar, sentir y vivir.

El hilo conductor lo conforman los propios textos de las autoras, su palabra viva: poemas, versos y textos que conviven en el cante, le dan forma y fondo a la música y dialogan con la danza y el espacio. La amplitud de la expresión flamenca permite abordar esos mundos tan diferentes y recrear sus poéticas, desde la evocación de los versos de sor Juana mediante los estilos “de ida y vuelta” hasta la austeridad y paradójica pureza del Vivo sin vivir en mí teresiano por soleá. Además, Nacida sombra incorpora al flamenco diversas referencias de la música popular de época barroca, como la folía, la chacona, el Baile de Marizápalos, el romance o el villancico; un diálogo entre tradiciones que se relacionan a través de los siglos.

Hilvanadas por el talento coreográfico de Rafaela Carrasco, una de las grandes creadoras del flamenco contemporáneo, y por la dramaturgia de Álvaro Tato, uno de los escritores emergentes de la escena española, las voces femeninas de la literatura clásica cobran nueva vida. Ellas mismas, las nacidas sombras, despiertan en el siglo XXI la luz de nuestra conciencia.

Álvaro Tato

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Sobre la dramaturgia y la coreografía

Cuatro cartas bajo la luna. Cuatro mujeres creadoras. Un hilo invisible que las une a nosotros. Nacida sombra transcurre a lo largo de un ciclo lunar. La luna está presente en su movimiento, en su influencia sobre los mares y los humores, relacionada desde los ancestros con la mujer, como estudia la antropología; la luna como hechicera, como iluminadora, como madre de opuestos: serenidad/locura, hermetismo/éxtasis, protección/violencia. La luna como nana y como grito de guerra, como cambio transformador y como misterio inalcanzable. Cada una de las autoras representa una de las fases, y será Teresa de Jesús quien las hilvane a todas y permita que vuelva a girar la rueda, que se perpetúe en la sombra un modelo de mujer activa, pensante, intelectual, defensora de sus derechos y de sus creaciones a pesar del asedio de una sociedad hostil.

Las coreografías de grupo exploran la relación entre las cuatro formas de mirar el mundo de las cuatro artistas clásicas; las bailaoras adoptan distintos rasgos expresivos y provocan una “colisión de lenguajes” mientras los espectadores escuchamos las cartas que se dirigen; además, crean distintos ambientes y espacios dramatúrgicos con los movimientos, que dan paso a cada uno de los solos, bailados sobre poemas que se cantan.

En ocasiones, las bailaoras son palabras danzadas. Otras veces son espacios mentales e imaginarios de las autoras en su esfera social, humana o creativa: las visiones místicas, los inquisidores que asedian, los cortesanos que conspiran, el público que exige. Y en los solos, encarnan a cada una de las cuatro autoras con sus conflictos personales, su búsqueda de libertad y verdad desde enfoques y mundos distintos.

Teresa de Jesús es la luna nueva: la ausencia de reflejo, la constancia de un vacío que se llena con el espíritu del que lee, del que mira o siente. La sombra pura, de la cuna a la tumba. El corazón de nuestro espectáculo, de nuestra danza de mujer nacida sombra.

Bailar a Teresa de Jesús en clave flamenca supone todo un desafío, un encuentro con la quintaesencia de la pureza. Dialogar con sus palabras requiere contención, justeza, y el equilibrio entre la fuerza de la imaginación delirante y la templanza de la mirada interior de una mística terrena que supo encontrar “a Dios entre las cacerolas”. Elegimos el compás de soleá, el movimiento interior, la inmanencia del gesto. El ritmo seco, la anatomía limpia y el verso claro.

Sobre las cuatro artistas del Siglo de Oro

Teresa de Jesús, María de Zayas, sor Juana Inés de la Cruz y María Calderón, “la Calderona”, son cuatro exponentes de una de las facetas más desconocidas y fascinantes de la eclosión cultural durante la España áurea. Representan toda una pléyade femenina de poetas, dramaturgas, narradoras, actrices, pensadoras y artistas que, a pesar de las duras condiciones vitales y profesionales impuestas por la sociedad española contrarreformista, lograron burlar o vencer los prejuicios y cánones para ofrecer deslumbrantes creaciones marcadas por una mirada distinta.

Desde los poemas de Teresa de Jesús hasta el Primero sueño de sor Juana, desde las novelas de Zayas hasta los ecos legendarios de la vida y talento de “la Calderona” (una de las principales actrices de la época del gran teatro clásico), las escasas e imprescindibles artistas de los siglos XVI y XVII erigen una obra de originalidad sin precedentes, donde se funde la búsqueda del libre albedrío, la independencia de juicio y pensamiento, la crítica o rebeldía contra las estrictas leyes sociales, y también las paradojas, amarguras, derrotas y trabajos que jalonan sus vidas.

Fundando órdenes religiosas, bailando arriesgadas danzas en los corrales de comedias, cuestionando los moldes narrativos en defensa de la mujer, aquellas creadoras se enfrentaron a reclusiones, censuras, insultos, ostracismos y desdenes por parte de los estamentos del poder. Nacida sombra constituye un homenaje a su labor y un redescubrimiento flamenco de sus obras para el espectador actual.

Teresa de Jesús (1515-1582) es una de las principales autoras de la literatura clásica española. Fundadora de la orden de las Carmelitas Descalzas, denunciada ante la Inquisición por su autobiográfico Libro de la vida, su obra se considera uno de los pilares esenciales de la corriente mística (Camino de perfección, Las moradas) y sus escasos, precisos y preciosos poemas brillan como cimas líricas de la poesía universal.

María de Zayas (1590-1661) fue una figura relevante en la narrativa gracias a sus Novelas amorosas y ejemplares y sus Desengaños, obras prohibidas por la Inquisición ya en el siglo XVIII. Se ha considerado precursora de la literatura feminista, ya que en sus páginas, de influencia cervantina, se pinta con crudeza un mundo pasional e impulsivo, a veces cruel y descarnado y otras veces insólitamente sexual, donde quedan patentes las injusticias sociales sobre los personajes femeninos.

Juana Inés de la Cruz (1651-1695) es una de las grandes poetas y dramaturgas del siglo XVII y la primera autora imprescindible de la literatura novohispana (o americana, según se considere). Conoció el ámbito de la Corte virreinal mexicana e ingresó en la orden de San Jerónimo, sin dejar de estudiar, leer y escribir obras como el deslumbrante poema gongorino Primero sueño, sus villancicos populares, sus autos sacramentales y comedias como Los empeños de una casa. No fue ajena a la polémica sobre la condición intelectual femenina y el reclamo del derecho a la educación, como atestigua la famosa Respuesta a sor Filotea de la Cruz.

María Calderón, “la Calderona” (1611-1646) es una figura tan célebre en su época como misteriosa en la actualidad, de biografía borrosa entre rumores y leyendas. Fue una de las más importantes actrices de su tiempo, en el contexto de los grandes creadores del teatro español barroco. Hizo popular el Baile de Marizápalos, de contenido sensual y pícaro, que entusiasmó y escandalizó a la sociedad a partes iguales. Fue amante de Felipe IV, con quien tuvo un hijo que fue apartado de ella al nacer; su relación con el rey le supuso el abandono de los escenarios en pleno éxito y el forzoso ingreso en un monasterio hasta el fin de sus días.

Álvaro Tato

[En los muros del deseo]

El Amor, la pérdida de conciencia. La unión entre cuerpo y alma. Cuerpo y alma. Lo visible y lo invisible. Terrenal y espiritual. El Flamenco. Ser y dejar de ser al mismo tiempo. Aquí y ahora. Siendo yo y a la vez estar poseída por otro ser, porque en ese mismo momento dejo de ser yo. Visible mi cuerpo, invisible mi ser. Algo así debió ser santa Teresa. Un cuerpo enamorado de un Ser. En comunión con Él.

El Amor en sus diferentes formas de amar. Un amor incondicional y absoluto. Amor de madre e hijo. Amor carnal y deseado. Amor espiritual. La unión de todos en una misma mujer en diferentes etapas de su vida. Todos en una mujer y una mujer diferente para cada uno de ellos.

El sonido del Amor. Cada una de ellas es diferente aun siendo la misma. Cada una de ellas tiene un sonido distinto, aunque también suenan todas de una misma manera. Un instrumento para cada una de ellas y un mismo sonido, una misma música para todas. Una banda sonora que unifica a todas esas mujeres y que acompaña con matices distintos a cada una de ellas. Es la voz del alma la que suena en todas de igual manera. Las palabras del alma. La palabra cantada y escrita sobre papel. El papel escrito sobre el cuerpo de la mujer. Un espacio vacío y atrayente. El vacío del Ser solo y Único pero que a la vez llena el espacio con todo su Ser.

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